Para introducir la droga en España, en 2019 la organización envió por barco la caravana con dos kayaks y un soporte para bicicletas con idea de simular un traslado para la práctica de actividades al aire libre.
Más de dos años después, y superadas las restricciones sanitarias provocadas por la covid-19, el vehículo se envió de regreso a España, siendo finalmente interceptado en el puerto de Barcelona y los agentes pudieron arrestar a dos de los integrantes de la organización.
La organización criminal, que fue paciente y posiblemente estaba convencida de que la estrategia que había diseñado resultaría fructífera, esperó a la normalización del transporte marítimo para llevar la autocaravana de vuelta a España por vía marítima, dos años y medio después de iniciar su viaje.
Sin embargo, durante todo ese tiempo la Udyco de Policía Nacional de Bilbao y el Servicio de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria en el País Vasco habían mantenido un férreo control sobre los objetivos de la investigación.
Esta operación ha sido el resultado de una larga y compleja investigación realizada por la Unidad de Droga y Crimen Organizado (Udyco) de la Jefatura Superior de Policía Nacional y Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria del País Vasco.